En los últimos años muchas ciudades españolas se han sumado a la renovación del alumbrado público, sustituyendo los sistemas de iluminación convencionales por tecnología LED. Esta decisión repercute en diversos factores que a largo plazo son beneficiosos para la sociedad en su conjunto.
Ahorro energético
El consumo de luz representa un importante gasto energético para las ciudades. Una manera de reducir ese gasto es sustituir por LED (diodo emisor de luz) la iluminación tradicional, ya que estas generan mucho más calor para producir y mantener la luz y esto se ve reflejado en el consumo eléctrico. La ciudad de Málaga ha desarrollado un plan de sustitución con bombillas LED interviniendo más de 5.000 luminarias lo que supone una reducción del 80% en el consumo energético.
Reducción de emisiones de CO2
En el ámbito medioambiental, los proyectos urbanísticos de implementación LED suponen una reducción de las emisiones de CO2 a la atmósfera, contribuyendo al cumplimiento de la normativa y los objetivos europeos en la materia. En España, la pequeña localidad barcelonesa de L’Estany fue el primer municipio europeo en utilizar un sistema completo de alumbrado público LED para iluminar la totalidad de sus calles y plazas. En tan solo un año consiguió un ahorro energético del 76% y dejó de emitirse un 80% de dióxido de carbono.
Reducción de costes económicos
A pesar de que su coste es tres o cuatro veces mayor al de los sistemas de alumbrado tradicionales, este se amortiza en un período relativamente corto de tiempo debido a la prolongación de la vida útil de las luminarias LED y su bajo coste en mantenimiento. En el caso de la ciudad de Madrid, uno de los proyectos más ambiciosos de renovación del alumbrado público de todo el mundo debido a la cantidad de puntos de luz intervenidos, en total unos 225.000, permitirá ahorrar 115 millones de euros en ocho años.
Proyectos artísticos
Muchas localidades españolas han iniciado proyectos de iluminación LED con un doble objetivo: ahorrar en el consumo eléctrico y embellecer zonas o puntos turísticos clave de la ciudad. Un claro ejemplo es el Casco Antiguo de Toledo, por el cual el ayuntamiento ha invertido en una instalación de iluminación LED en edificios arquitectónicos emblemáticos como la catedral, el ayuntamiento o el alcázar.
Modernización
La tecnología LED aplicada al alumbrado público permite tener acceso a la red inalámbrica de la ciudad, y permite por tanto un mayor control sobre la vigilancia de seguridad, los cortes de energía o los cortes de suministro de agua. Este paso abre las puertas hacia el desarrollo de lo que se conoce como smart city o ciudad inteligente.
Incremento de la seguridad ciudadana
Los ciudadanos perciben una mayor sensación de seguridad ya que la iluminaria LED se basa en el Índice de Reproducción Cromática (IRC) elevado que permite una mejor percepción de los colores reales de los objetos. También, el empleo de la tecnología LED en carreteras permite una mejor visibilidad vial pudiendo reducir el nivel de riesgo de accidentes de tránsito. En carretera es preferible emplear LED de luz blanca, ya que se percibe con mayor intensidad que la luz ámbar. Por el contrario en hogares y oficinas se suele emplear luz blanca cálida, ya que emite un color de luz más cálido.




