Entre los múltiples beneficios que aportan las luces LED, algunos de ellos están relacionados también con la salud. Por ejemplo, los LED ayudan a regular los ritmos circadianos de los astronautas que se encuentran en la Estación Espacial, tal y como se comentó en un post de Metalarc. Pero no es el único caso, ya que recientemente, el Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT) ha desarrollado digeribles LED y dispositivos médicos comestibles que se descomponen con la luz, según publican en un estudio denominado Light-degradable hydrogels as dynamic triggers for gastrointestinal applications y que de momento solo han probado con cerdos. Gracias a este proyecto, los pacientes solo tendrán que tragar una cápsula LED que les ayude a eliminar estos objetos sin tener que pasar por quirófano para ello.
La investigación, por tanto, surge a raíz de la complejidad que supone introducir y sacar estos artefactos del cuerpo humano, ya que suele hacer falta una intervención quirúrgica o una endoscopia para llevar a cabo el proceso.
Para este estudio, cuya autora principal es Ritu Raman, postdoctorada en el MIT’s Koch Institute for Integrative Cancer Research; se han fabricado instrumentos que incorporan un polímero hidrogel sensible a la luz. Estas macromoléculas permiten que el objeto se descomponga al ser expuesto a la luminosidad azul o ultravioleta de los LED, con una longitud de onda de entre 405 y 365 nanómetros como indica el MIT.
Dos de los casos en los que se buscaba el uso de esta tecnología innovadora es en los balones gástricos y en los estents que se colocan en el esófago para que no hubiese un estrechamiento de este órgano a causa de diversos motivos, como el cáncer.
Este primer dispositivo, que el MIT desarrolló con látex y poliacrilato de sodio, se descompuso en seis horas en los cerdos tras recibir un estímulo de iluminación LED. Cuando la luz contaba con mayor potencia, el tiempo de disgregación se reducía hasta solo media hora. Respecto a los estents que se emplearon en el esófago, el LED comestible fue suficiente para que este objeto se destruyese y el animal lo expulsase con facilidad.
Giovanni Traverso, autor senior del estudio, profesor asistente de Ingeniería Mecánica del MIT y gastroenterólogo en el Hospital de Mujeres en Brigham, afirmó en el portal de noticias del MIT: «Dado nuestro interés en desarrollar sistemas que puedan residir durante períodos prolongados en el tracto gastrointestinal, seguimos investigando una serie de enfoques para facilitar la eliminación de estos sistemas en el marco de una reacción adversa o cuando ya no sean necesarios”. Traverso, que durante años ha creado dispositivos comestibles, también comentó que están buscando “diferentes desencadenantes” e intentar “aplicarlos a diferentes entornos».
El MIT, además, plantea utilizar estos objetos con hidrogel igualmente para introducir sustancias en el cuerpo humano a través del sistema digestivo y con las que normalmente se decantan por otros métodos, como inyecciones.
Las luces LED, como se puede observar, no solo aportan numerosas ventajas en términos de ahorro energético y sostenibilidad, sino que cada vez se usan más para mejorar la calidad de vida de las personas, como también su salud.


